Una vez que lo tengamos con nosotros, debemos entablar una comunicación, hablarle y darle la bienvenida. Después de esto, será necesario limpiarlo.
El primer paso es poner agua en un recipiente de cristal o barro. Después, activaremos los canales que tenemos en las manos frotándolos para abrirlos.
Podremos programar al agua al colocar las palmas sobre el agua para hablarle a los cuarzos y activar su energía diciendo:
"Voy a poner un cristal para que me ayuden a purificarlo de energías y que le puedan dar la energía que ustedes tienen".
Enseguida se pone el cristal en el recipiente y se coloca donde le dé la luz del sol y de la luna.
Si se tiene patio o terraza, lo ponemos en el centro del lugar y lo dejamos ahí toda la noche.
Al siguiente mediodía ya se puede sacar. Tomamos el recipiente con el agua y la vaciamos al tiempo que le damos las gracias por la limpieza y energización.
Ahora nuestro cristal ya estará libre de cualquier energía ajena a él estará programado para nosotros.
Los cristales deben contar con un refugio o un sitio seguro donde nadie más los toque, lo mejor es conseguir uno que podamos traer siempre con nosotros en una cadena.
Si tenemos cuarzos y piedras sueltas, los debemos poner dentro de una bolsita de tela de color roja. Es importante que la bolsa no sea ni de plástico ni de papel.
ATENCIÓN…
Entre nosotros y los cristales siempre habrá una excelente relación, ya que ellos actúan para activar nuestros puntos de energía. Siempre que este programado por nosotros mismos.
Desde el momento en que hacemos una comunicación con nuestro cristal, le entregamos nuestra energía, de tal forma que dentro del cristal o cuarzo, están conectadas su energía y la tuya.
En el momento en que llega alguien y te lo toca se rompe esa comunicación, la actividad del cristal, el cual vuelve a "dormirse" porque recibió una energía desconocida que le nulifica toda la programación.
La explicación es que las personas pasamos el día entre las cargas positivas y las negativas que nos llegan, como preocupaciones o frustraciones, por lo cual nuestro cuerpo está ansioso de liberarse y al sentir como el cristal le ayuda a lograrlo inmediatamente le soltará todo.
Cuando alguien toca tu cristal te pasa toda su vibración. No sabemos qué tipo de vibración tiene esa persona en su interior.
Al momento de tocarlo liberan toda su carga negativa, y aunque se alejen, esa conexión queda, por lo que su energía seguirá fluyendo hacia el cristal.
Con ello el dueño del cristal o cuarzo, sufre una fuga de energía que se manifiesta en cansancio, mareos, dolor de cabeza que le pueden durar dos días.
Si esto nos llegara a pasar, entonces debemos de volver a repetir el procedimiento de limpieza y programación.
Por último es necesario hacer hincapié en que
con nuestro cristal debemos de tener una comunicación como con cualquier
persona. Sentir que se trata de un ser vivo que está feliz a nuestro lado. Siempre debemos de sentirlo como un amigo que
nos ayudará a activar nuestra energía.
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Con cariño,
Ana María Balarezo
Especialista en Feng Shui
anamaria.fengshui@gmail.com
Lima - Perú
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