Como saben, la
Filosofía Zen se basa principalmente en la búsqueda de la Iluminación, el
camino hacia el control de nosotros mismos, y sobre todo la comunión con la
propia naturaleza.
El Jardín Zen
representa el camino de la vida, constantemente lleno de cambios, brillo y
oscuridad, sombra y luz.Los jardines zen son de dimensiones pequeñas y están formados por un campo de arena que contiene grava, rocas y algunas veces musgo, hierbas y otros elementos naturales.
Para los orientales durante la meditación se capta directamente la realidad sin la participación del pensamiento y el lenguaje. Representan el universo y están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad.
Cuando no disponemos de espacio real (terreno, solar) podemos realizar un jardín en miniatura que nos servirá de representación.
Necesitamos de lo siguiente:
Un Recipiente circular o rectangularUn Rastrillo pequeño de madera
La Arena, que simboliza la plataforma sobre la cual existimos, recicla y transmuta la energía a través de su magnetismo
8 rocas o piedras.
Un Cristal de cuarzo que recibe, almacena y transmite energía positiva, sensación de armonía y equilibrio.
El Jardín Zen Nos da la oportunidad de cambiar constantemente, a través de las formas.
Las 8 rocas representan los 8 senderos de la sabiduría, por los que el hombre tiene que atravesar para llegar a la iluminación.
v La fuerza de voluntad para todo lo que necesitamos hacer.
v La misericordia en nuestros actos y pensamientos
v La creación para llevar a cabo las cosas sin dejarlas a medias
v La belleza (externa e interna) siguiendo el ejemplo de la naturaleza
v La tolerancia para ser pacientes y respetuosos hacia todo lo existente
v El perdón para comprender que nadie es perfecto,
v La formación para estar atentos para recibir los mensajes y el conocimiento para actuar con humildad.
Una vez que se recorren estos senderos, se llega al noveno que es el cuarzo (la luz del entendimiento)
Estas nueve puertas, son las que tenemos que abrir, cuando buscamos en nuestro interior, en qué etapa nos encontramos y cómo hemos guiado nuestros actos.
Arena: Neutraliza los malos pensamientos,
las actitudes y emociones negativas, favoreciendo a la serenidad. Si la arena
es alisada nos recordará el caminar por la playa y los surcos simbolizan los
diferentes caminos en la vida.
Rastrillo (pequeño): Lo utilizaremos
para "peinar" un acto en la arena fijando la intención, creando
situaciones que deseamos como la prosperidad, estabilidad. También para cambiar las que nos perjudica,
como ansiedad y negatividad.
Las velas o Incienso: Sirven para iluminar el jardín con una luz sedante y natural. Dentro del jardín se pueden colocar velas pequeñas aromáticas o de colores.
Podemos cambiar las formas, tantas veces como queramos, retirando las rocas o piedras, alisando la arena, colocando nuevamente todos los elementos y trazando los surcos como símbolo de las nuevas oportunidades para continuar en nuestro sendero.
Los Jardines Zen, Nos permite descansar nuestra mente y concentrarla en un solo punto, tranquilizar la ansiedad, la angustia y los miedos.
Es un reflejo de nuestro Jardín Interior, en la búsqueda del equilibrio, la armonía y la paz interna.
Lo ideal es que elijas el que más te guste, y con el que personalmente te sientas más identificad@.
Es una herramienta de terapia natural,
donde te relajaras de manera progresiva y notando los efectos a nivel interior
y mental.
Para conocer más sobre Feng Shui visita www.anamariabalarezo.com
Con cariño,
Ana María Balarezo
Especialista en Feng Shui
Lima - Perú
Buenas Tardes:
ResponderEliminarQuisiera saber donde conseguir ya elaborado el jardín zen. Gracias